sábado, 9 de julio de 2011

Gol en las Gaunas!!

Este grito radiofónico tiene un aroma de domingo lluvioso o frío, bien en casa o en el estadio esuchaba uno atentamente lo que ocurría en otros campos. El fútbol era a las 5, quitando los partidos europeos o de copa que se ponían entre semana por la noche.
En la actualidad la radio deportiva está haciendo grandes esfuerzos por mantenerse. No lo tienen nada fácil, la televisión da todos los partidos en directo y la radio va por delante por el tema del satélite.
Pero sigue siendo fútbol en estado puro. Mientras las cadenas futboleras de nuevo cuño (que bienvenidas sean) tienen al locutor en el estudio acompañado de un entrenador (lo que fue una moda ahora parece obligación) muchas de las veces narrando o comentando dos partidos seguidos, pero sin estar ni palpar el ambiente del estadio. En esto la radio tiene ventaja y además nunca le falta imaginación, para hacer de una tarde futbolera un rato divertido, con bromas si es preciso hasta en la publicidad.
Recuerdo el viejo Carrusel deportivo y sus anuncios de bebidas de alta graduación, como el brandy Fabuloso, el anís castellana y de últimas el brandy espléndido. Ese sonido entrecortado en onda media y esos transistores "pequeños" que ahora nos parecen armatrostes pegados a la oreja o con una especie de auricular a la oreja, a una sola ya que no había Stereo. Todavía guardo el viejo transistor de mi padre. En él escuchó grandes e ilusionantes contiendas deportivas, fue un regalo que le hicieron, cuando no estaba acostumbrado a los regalos por la penuria de la época, que guardaba como oro en paño. Ese viejo transistor no tiene la revolucionaria Frecuencia Modulada, que en los años 80 cambió el panorama radiofónico español. Todavía estaban lejos el sonido digital, casi perfecto, de los mp4 actuales, tan pequeños y planos como uno quiera.
Pese a toda esta evolución tecnológica, la radio deportiva sigue gozando de buena salud. Fabio Capello cuando llegó a España no se creía que el programa más escuchado del día fuera en la radio a las 12 de la noche. Costumbres patrias. Y es que al fútbol siempre se le dio una impronta celtibérica. Acostumbrados a los toros como espectáculo de masas, la revolución balompédica trajo consigo muchos aficionados que llenaban los campos. Y esas costumbres, como digo, sólo se dan en España. Como las pañoladas, cuando hay un golazo o cuando se protesta por algo o por alguien, los gritos de olé cuando el equipo local va ganando y juega al primer toque y uno muy salmantino, que le hizo mucha gracia a un amigo mío de Madrid: llamar "sobrero" al cuarto árbitro.
Pese a que algunos entrenadores prohíben las radios en los banquillos, con la tecnología actual no es nada difícil pasar desapercibido.

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